Hay algunos días en los que tan pronto me he despertado y me enfrento a las realidades que me aguardan me siento confundida, estresada e incluso agobiada… Sí, especialmente cuando estoy tomando acciones de cambio, saliendo de mi comodidad, enfrentándo miedos o haciendo sacrificios intencionales para caminar en pos de mis sueños y anhelos más profundos, por más lejanos que parezcan estar.
¿Te ha pasado esto? Cierras los ojos y sientes cómo en tu corazón sabes lo que deseas, el estilo de vida que deseas vivir, el mundo con que sueñas, los valores que te alimentan, las causas que nutres con amor, el servicio que deseas ofrecer al mundo… pero cuando abres los ojos la realidad es muy distinta.
Te sientes lejos de tus sueños, casi son una utopía inalcanzable y te preguntas si vas en la dirección correcta… Tal vez te sientes sola o sientes que a tu alrededor las demás parecen tener todo bajo control y tú eres la única que enfrentas tantas dificultades…
Antes de que la duda te invada respira… estás en la dirección correcta, la dirección del crecimiento. Y no estás sola.
Cada cosa y cada acontecimiento tiene un propósito para nosotras y, si de algo puedes estar segura es que la realidad estará siempre llena de retos precisamente para ofrecernos constantemente el regalo de poder descubrir y superarnos en todo momento. Pero esto a veces que se nos olvida y es entonces cuando abrimos la puerta a la confusión y el desánimo porque sentimos que estamos tan lejos de nuestros sueños y caemos en la ilusión de que nunca vamos a lograrlos.
Este sentimiento lo he visto en las mujeres a mi alrededor repetirse una y otra vez, y claro, a mí me ha pasado muchísimas veces. Y es que, así como nos enseñan a abrazar sólo el aspecto luminoso de nuestro ciclo y a actuar como “niñas buenas”, aprendemos una idea incompleta del éxito, en la cual somos exitosas en la medida en que todo va “bien”. ¿Te has dado cuenta que socialmente cuando se pregunta “cómo estás” la respuesta automática es “bien“? ; lo más interesante es que esa contestación, al parecer, es suficiente… ¿Realmente todo el mundo está simplemente “bien”? Eso nunca lo he creído.
Hace sentido que cuando vamos en pos de nuestra grandeza el camino nos rete pues, ¿cómo podremos crecer y estirarnos? Cada reto que enfrentamos, y cuánto más difícil aparente ser, nos capacita para seguir sirviendo al mundo de una forma cada vez más profunda. Y estaremos preparadas para servir, en la medida en que asumamos esos retos. Interesantemente no hay manera de preparamos antes para el camino, el camino nos prepara, porque es único así como tú, es tu vida y quien estás siendo hoy. Y estoy segura que si estás leyendo esto es porque eres una mujer que sirve al mundo hermosamente, con una misión única.
Lo importante en este momento es que puedas recibir la enseñanza que está para tí, así que primeramente en lugar de enfocarte exclusivamente en lo que quieres lograr, en ese sueño o “meta”, mantente en el presente.
Si sólo veo la “meta” y la comparo con el presente puedo perder de perspectiva que estoy en camino; y más importante aún puedo perder la confianza de que estoy en el proceso y que lo lograré.
Y segundo, por nada en el mundo pienses que eres la única, nos pasa a todas, aunque muchas no lo confiesen. ♥
A lo largo de mi vida, en sus diversas etapas he llegado varias veces a lugares así, en los que me siento perdida. Y si algo he aprendido de esos momento es que son momentos de grandes posibilidades que preceden grandes descubrimientos a nivel interior, exterior o ambos, en diversos apsectos de la vida.
Es por eso que te voy a compartir un ejercicio que me ha apoyado muchísimo a recuperar perspectiva y enfoque en estos momentos. Lo diseñé un día en que me sentía precisamente así y se basa en traerme de vuelta al valor de mi presente.
¿Qué hacer en un día así?
En tu diario cíclico toma una hoja en blanco, escribe la fecha de hoy, y contesta las siguientes preguntas, con intención, amor y sinceridad:
> ¿De qué manera lo que estoy haciendo hoy me dirige hacia lo que deseo verdaderamente? Y si no estoy dirigiendome hacia allá, ¿qué necesito hacer para dirigirme hacia allá?
Sé amable y compasiva contigo, y elige justo lo que puedas hacer, lo que esté a tu alcance en este momento. Siempre habrá algo, al menos una cosa, que puedas hacer para moverte en esa dirección.
> ¿Cómo deseo sentirme hoy?
> ¿Qué voy a hacer para sentirme así?
Transforma cómo te sientes y crea un nuevo momento y compromiso contigo que honrarás en ese día.
*Además, siempre apoya muchísimo dialogar con un ser de confianza que te escuche con amor y sin juzgarte. Exprésate, comparte y disfruta cada momento, pues no se repetirá jamás. ¿Qué es lo más lindo de este momento? Permítete apreciar las cosas que sí valoras de este momento y que quizás más adelante en tu vida no necesariamente estén. ¡No te pierdas de nada!
Una vez tengas tus respuestas, hónralas en tu día tomando acción y realizándolas. Pero antes, toma un momento para agradecer el momento presente que te está brindando justo lo que necesitas para florecer. Reconócete a tí misma por lo que has logrado hasta ahora, y por el compromiso que tienes con el cambio y la transformación.
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